las calles de Kerouac las calles de Bukowski ...son las calles de la ingravidez El sentido de los besos ...Si el sentido es un callejón sin alma... Puede que el destino sea beber de esos besos...
Quietas, dormidas están, las treinta, redondas, blancas. Entre todas sostienen el mundo. Míralas, aquí en su sueño, como nubes, redondas, blancas, y dentro destinos de trueno y rayo, destinos de lluvia lenta, de nieve, de viento, signos. Despiértalas, con contactos saltarines de dedos rápidos, leves, como a músicas antiguas. Ellas suenan otra música: fantasías de metal valses duros, al dictado. Que se alcen desde siglos todas iguales, distintas como las olas del mar y una gran alma secreta. Que se crean que es la carta, la fórmula, como siempre. Tú alócate bien los dedos, y las raptas y las lanzas, a las treinta, eternas ninfas contra el gran mundo vacío, blanco a blanco. Por fin a la hazaña pura, sin palabras, sin sentido, ese, zeda, jota, i...
las calles de Kerouac
ResponderEliminarlas calles de Bukowski
...son las calles de la
ingravidez
El sentido de los besos
...Si el sentido es un callejón
sin alma...
Puede que el destino
sea beber de esos besos...
..eL FULGOR ---ET CONSUMIMUR IGNI...
ResponderEliminarPareja, espectro
ResponderEliminar[Pedro Salinas]
«Por eso ahora podemos
andar despacio por las calles
por donde todo el mundo corre,
sin que nadie se fije en que existimos.
[…]
Y pasamos la noche,
tranquilos, distraídos
de tu inmensa belleza.
Como si tú no la llevaras
encima, fatalmente, sin descanso».
Pedro Salinas,
Nunca agradeceremos
ResponderEliminarbastante a tu belleza
el habernos salvado
otra vez del diluvio:
cuando el agua subía
en el hervor terrible
de la primera cólera del mundo,
y tú en tu mano abierta
nos pusiste a los dos…
Nunca agradeceremos
bastante a tu belleza
el ofrecerme té a las cuatro…
la rotura de los termómetros
cuando el azogue se volvió tan loco
allí en sus venas transparentes
que el corazón del mundo, su calor,
se podía romper de latir tanto…
Y, sobre todo, nunca,
nunca, agradeceremos
bastante a tu belleza
el habernos librado
de tu misma belleza, del terrible
influjo que podía haber tenido
sobre la caída de los mares, sobre Troya,
y sobre algunos pasos míos en la tierra…
Y pasamos la noche,
tranquilos, distraídos,
de tu inmensa belleza.
Como si tú la llevaras
encima, fatalmente, sin descanso…
Fragmento de “Pareja Espectro”, de Largo Lamento (P. Salinas)
Poema Underwood Girls
ResponderEliminarde Pedro Salinas
Quietas, dormidas están,
las treinta, redondas, blancas.
Entre todas
sostienen el mundo.
Míralas, aquí en su sueño,
como nubes,
redondas, blancas, y dentro
destinos de trueno y rayo,
destinos de lluvia lenta,
de nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
con contactos saltarines
de dedos rápidos, leves,
como a músicas antiguas.
Ellas suenan otra música:
fantasías de metal
valses duros, al dictado.
Que se alcen desde siglos
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta.
Que se crean que es la carta,
la fórmula, como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco a blanco.
Por fin a la hazaña pura,
sin palabras, sin sentido,
ese, zeda, jota, i...