jueves, 28 de abril de 2011

Ana, Olatz y el Txakoli Abasolo.

5 comentarios:

  1. las calles de Kerouac
    las calles de Bukowski
    ...son las calles de la
    ingravidez
    El sentido de los besos
    ...Si el sentido es un callejón
    sin alma...
    Puede que el destino
    sea beber de esos besos...

    ResponderEliminar
  2. ..eL FULGOR ---ET CONSUMIMUR IGNI...

    ResponderEliminar
  3. Pareja, espectro

    [Pedro Salinas]

    «Por eso ahora podemos
    andar despacio por las calles
    por donde todo el mundo corre,
    sin que nadie se fije en que existimos.

    […]

    Y pasamos la noche,
    tranquilos, distraídos
    de tu inmensa belleza.
    Como si tú no la llevaras
    encima, fatalmente, sin descanso».

    Pedro Salinas,

    ResponderEliminar
  4. Nunca agradeceremos

    bastante a tu belleza

    el habernos salvado

    otra vez del diluvio:

    cuando el agua subía

    en el hervor terrible

    de la primera cólera del mundo,

    y tú en tu mano abierta

    nos pusiste a los dos…


    Nunca agradeceremos

    bastante a tu belleza

    el ofrecerme té a las cuatro…

    la rotura de los termómetros

    cuando el azogue se volvió tan loco

    allí en sus venas transparentes

    que el corazón del mundo, su calor,

    se podía romper de latir tanto…


    Y, sobre todo, nunca,

    nunca, agradeceremos

    bastante a tu belleza

    el habernos librado

    de tu misma belleza, del terrible

    influjo que podía haber tenido

    sobre la caída de los mares, sobre Troya,

    y sobre algunos pasos míos en la tierra…


    Y pasamos la noche,

    tranquilos, distraídos,

    de tu inmensa belleza.

    Como si tú la llevaras

    encima, fatalmente, sin descanso…


    Fragmento de “Pareja Espectro”, de Largo Lamento (P. Salinas)

    ResponderEliminar
  5. Poema Underwood Girls
    de Pedro Salinas



    Quietas, dormidas están,
    las treinta, redondas, blancas.
    Entre todas
    sostienen el mundo.
    Míralas, aquí en su sueño,
    como nubes,
    redondas, blancas, y dentro
    destinos de trueno y rayo,
    destinos de lluvia lenta,
    de nieve, de viento, signos.
    Despiértalas,
    con contactos saltarines
    de dedos rápidos, leves,
    como a músicas antiguas.
    Ellas suenan otra música:
    fantasías de metal
    valses duros, al dictado.
    Que se alcen desde siglos
    todas iguales, distintas
    como las olas del mar
    y una gran alma secreta.
    Que se crean que es la carta,
    la fórmula, como siempre.
    Tú alócate
    bien los dedos, y las
    raptas y las lanzas,
    a las treinta, eternas ninfas
    contra el gran mundo vacío,
    blanco a blanco.
    Por fin a la hazaña pura,
    sin palabras, sin sentido,
    ese, zeda, jota, i...

    ResponderEliminar